
Se termino el frío, guardamos en al armario nuestras prendas de abrigo.
El calor hace su aparición y el sol es el protagonista del verano.
Consejos para el verano
Pero nos gustaría aclarar algunos conceptos y como no, daros algunos consejos.
Exponerse al sol es sano. Dermatológicamente está comprobado que la exposición moderada favorece la síntesis de vitamina D y la acción estimulante de la luz solar contribuye a evitar las depresiones y levantar el ánimo, pero exponerse sin protección por periodos largos es dañino.
El bronceado es una reacción de la piel a los rayos ultravioleta (UV). Cuando la piel está expuesta a los rayos UV, las células llamadas melanocitos producen la melanina, pigmento marrón, que oscurece las células de la epidermis. Este oscurecimiento de las células de la piel es una defensa del organismo para evitar un mayor daño como consecuencia de la exposición a la radiación solar.
Los rayos UV del sol dañan el ADN de las células epidérmicas de la piel, lo que provoca que algunas enzimas intenten reparar los daños. Sin embargo, estas enzimas no siempre tienen éxito en la reparación del ADN, y todo ello puede conducir a mutaciones que aumentan el riesgo de padecer cáncer de piel. Además, la exposición sin protección al sol puede causar fotoenvejecimiento, arrugas, flacidez y manchas asociadas con el daño solar.
La exposición al sol debe ser paulatina, empezando por cinco minutos para ir aumentando poco a poco. Y siempre habiendo aplicado sobre la piel un producto con alto factor de protección: total para los niños, los adultos muy sensibles y los pelirrojos; más de 30 para personas con pieles claras; y de 20 en adelante para pieles más oscuras. Procuraremos evitar tomar el sol sobre todo,entre las 12 y 16 horas.
La alimentación también sera muy importante, para ayudarnos en nuestro empeño de ponernos morenos.
Los Beta-Carotenos: Presentes especialmente en las zanahorias, los tomates y ciertos frutos "coloreados", los betacarotenos aceleran la producción de melanina, pigmento natural fabricado por los melanocitos, células protectoras de nuestra piel ; Los beta-carotenos preparan y prolongan el proceso de bronceado, permiten una coloración armoniosa de la piel y protegen el organismo contra los radicales libres , reconocidos hoy como uno de los principales responsables del envejecimiento de la piel.
Vitamina E: Esta vitamina participa a la protección de la piel muy especialmente en la defensa de las membranas celulares. La vitamina E es particularmente efectiva atrapando los radicales libres. Junto con los beta-carotenos la vitamina E permite una óptima protección de la piel expuesta al sol. La vitamina E se encuentra en varias frutas como la naranja, el melón , la papaya y la fresa.
Algunos preparados de laboratorio por ejemplo, los O.P.C. (oligomeros procianidólicos): serán de mucha utilidad a la hora de broncearnos. Estos Flavonoides, extraídos de las semillas de las uvas, impiden a las células oxidarse, estabilizan las fibras de colágeno de la piel y refuerzan la elasticidad y solidez de la piel. Nuestro médico o en la farmacia nos facilitaran alguna marca comercial, para que podamos hacer uso de los mismos.
Para terminar recordaros, que este verano podemos disfrutar del sol siempre utilizando una protección adecuada, y que los periodos cortos de exposición, pero repetitivos son igual de peligrosos.